Artículo de opinión de nuestro compañero Sebastián Torres
Señor alcalde de Colmenar Viejo. Estimado amigo Jorge.
A ningún vecino de Colmenar Viejo que le siga en redes sociales se le habrá escapado sus devaneos con las políticas de ámbito estatal y regional, con solicitudes para nada discretas, como la reclamación de la presencia del ejército u otras reclamaciones dirigidas al delegado del Gobierno en Madrid, por ejemplo.
Estas cosas pueden estar bien si son peticiones acertadas. Pero, por lo estrambóticas y salidas de tono, más parecían dirigidas al autobombo o, dicho de otra forma, a una forma de opositar a cotas más altas dentro de su ámbito de actuación política, perfectamente lícitas. Resuelto el nuevo organigrama organizativo de su partido, nos queda la incógnita de si se quedó más cerca de las “Cayetanas” o de los “Almeidas”, cosa fácil de resolver si nos atenemos a lo expuesto, pero esto no nos preocupa, cada cual es libre de interpretar lo que considere.
Situados todos ya, no nos queda otra que dedicarnos al cargo en sí y afrontar el nuevo ejercicio con todo el empeño y algo más. Los tiempos que vivimos lo requieren para hacer de Colmenar un pueblo limpio y sin basuras en sus calles, libre de ratas y cucarachas, con una atención medica primaria y secundaria en toda su extensión, incluidas las urgencias nocturnas y de fines de semana, trabajar para que los peques vuelvan a sus coles con las máximas garantías de seguridad, igualmente los jóvenes a los Institutos, o sacar a nuestros servicios sociales de la denominación “corazón de piedra” en la que se la tiene encuadrada.
Aunar esfuerzos para, en tanto se logre un cambio razonable en la gestión del tratamiento de Residuos, se intente que el Macrovertedero no sea gravoso ni nocivo para el vecindario, se defienda realmente la titularidad pública de los caminos rurales y su libre tránsito por ellos, no perder el respeto hacia el uso de los nombres vernáculos de los lugares, y un largo etcétera que podríamos añadir, aunque no es cuestión de alargar este escrito.
Como puede leer, tareas no nos faltan Ánimo, y a ponernos el mono de trabajo.
Sebastián Torres Bartolomé.